Leopoldo Lares Sultán: Mejor forma de combinar quesos con vinos



Hay quesos de vaca como el brie que es ligero y podría acompañarse también con un vino ligero, blanco o tinto, pero de igual manera ligero. Como sugerencia de un buen vino tinto se podría mencionar el Pinot Noir.

Por su parte, el Parmesano es de vaca, aquí ya no podemos usar el mismo vino. Tenemos que subirle la fuerza como por ejemplo un Barolo, un Cabernet Sauvignon, un Ribera del Duero Gran Reserva.

Otro queso de vaca es el Cabrales, que es un queso azul, así como los franceses tienen su queso azul, el Roquefort España tiene el suyo. Este queso, al ser fuerte, deduciríamos que también iría con un vino fuerte pero es la excepción a la regla: a éste lo acompaña muy bien los generosos (vinos que tienen un mayor grado alcohólico más o menos por encima de los 15 grados. Combinan espectacular), como el Pedro Ximénez, un vinodel sur de España, el cual se elabora con uva blanca pero el vino es casi negro. El contraste entre el queso azul y el vino dulce es increíble. También lo pueden acompañar con otros como el Sauternes, Marsala.


Incluso tenemos los de cabra que van muy bien con un vino ligero, fresco y ácido como un Sauvignon blanc. Siempre que el queso no tiene nada añadido: me refiero que hay muchos quesos que tienen hierbas. En esos casos podemos subir la fuerza del vino como un Viogner. Y estos quesos también maduran, por lo tantos no es lo mismo un queso de cabra joven a un queso de cabra más maduro.


Y ahora es el turno a los queso de oveja, y aquí también hay muchos. A los que les ponen trufas y son delicados. Igualmente los hay cremosos, por lo tanto se puede acompañar con un vino cremoso, como un Chardonnay o Viogner que hayan tenido una fermentaciónmaloláctica que le da esa cremosidad.


Tips

Cuando los quesos envejecen se vuelven más fuertes. Por lo tanto, el maridaje debería ser igual para estos quesos: los vinos más fuertes, con más cuerpo.
No olvidar que no todos los quesos se cortan de la misma manera, y no es solo por estética sino para consumirlo de la forma adecuada. Como el Parmesano, que no se corta. Con la punta del cuchillo se sacan los pedacitos.