Leopoldo Lares Sultán: Aprende la diferencia entre una uva para comer y una para hacer vino



La uva es uno de los primeros cultivos realizados por el hombre para su consumo. Este procede de la vid, un arbusto trepador. Normalmente se poda para darle una forma pequeña y redondeada. Si se la deja crecer a su aire y encuentra donde agarrarse, puede alcanzar hasta los seis metros de crecimiento. Esta forma comúnmente se conoce como parra y es muy frecuente, por ejemplo, en las uvas que se usan para producir los vinos blancos gallegos.

Muchas de las 3.000 variedades de uva que se conocen en la actualidad son fruto de hibridaciones para hacerla más resistente a las plagas o para obtener características sensoriales diferentes para elaborar vinos.


De allí que la distinción entre lasvariedades de uva de mesa, de pasificación y de elaboración de vino se realiza a través de sus características morfológicas: el tamaño y forma de los racimos y bayas, el grosor del hollejo o el número de pepitas.


Según esta clasificación hay dos grandes grupos: las uvas de mesa y las viníferas. Las de mesa se consumen frescas o como uvas pasas: También, aunque menos, en conserva. Son más carnosas y de semillas grandes. Pueden ser amarillas, verdes, granates o violetas. Las más consumidas son: albillo, moscatel (la más dulce de todas), aledo, villanueva, chelva, vinalopó y palomino.

Las viníferas, en cambio, son más ácidas y, por lo general, menos dulces que las de mesa. Para elaborar vino tinto se utilizan, sobre todo, garnacha tinta, cabernet sauvignonmerlotpinot noirsyrah, cariñena, tempranillo, tintorera y graciano. El vino blanco prefiere uvas algo más dulces, como la variedad palomino, macabeo, malvasía, moscatel, chardonnay y garnacha blanca.


Existen variedades sin pepitas o apirenas. Inicialmente se destinaban a la producción de pasas, pero cada vez se consumen más en fresco. En especial, para acabarlas Campanadas de Nochevieja sin atragantamientos.

Según la variedad y la zona de cultivo, se puede encontrar uvas ya maduras a mediados de verano, mientras que otras no están a punto hasta principios del invierno. La recolección de la uva o vendimia tiene lugar entre mediados de septiembre y final de noviembre. En resumen: si quieres uvas frescas, búscalas entre el otoño y las primeras semanas del invierno.