Leopoldo Lares Sultán: Los taninos, el verdadero secreto de un buen vino



Los taninos son polifenoles, una sustancia natural presente en la piel, semillas y raspones de las uvas, que tienen sabor amargo y provocan en la boca una sensación de sequedad o astringencia, puesto que dificultan la posibilidad de salivar. También la madera de roble tiene sus propios taninos.

Estos polifenoles son considerados muy beneficiosos para la salud y por ello se recomienda beber un vaso de vino al día. El tanino es una especie de "conservante" natural; es uno de los responsables de la capacidad de guarda de los vinos. Para que un vino se pueda guardar durante varios años es necesario que posea una buena cantidad de taninos, entre otras cosas.


Aunque estos taninos puedan ser algo molestos cuando el vino es nuevo o muy joven con el paso del tiempo se irán suavizando gracias a la polimerización (los taninos se unen entre si y decantan formando los sedimentos del vino) ofreciendo un vino mucho más armónico.


Por su parte, los vinos blancos por lo general no presentan taninos; excepto que se hayan criado en barricas de roble, puesto que la madera del roble les transmitirá sus propios taninos.

¿Dónde encontrar taninos además de en el vino?

Habitualmente interactuamos en mayor o menor medida con los taninos, vegetales como la espinaca o la acelgacontienen taninos, igual que el café, el té y el chocolate, especialmente si es un chocolate de al menos un 75-80% puro cacao podremos reconocer esta sensación astringente en el paladar. En cuanto a las infusiones, es más fácil reconocer el tanino si no agregamos azúcar al momento de tomarlas.


Es bastante más sencillo reconocer el tanino en la piel de las nueces. Quién en un antojo haya puesto un buen puñado de nueces en su boca sabrá que es bastante difícil terminar de masticarlas por la sequedad que provocan.

Así mismo podemos encontrar taninos en las frutas inmaduras; es muy reconocible en la parte blanca de la cáscara de la banana que aún no terminó de madurar por completo.