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Amén de los rosados que
también presentan colores muy variados, desde el rosa pálido y el anaranjado cobrizo
hasta el “casi tinto”, existen también los llamados vinos grises,
que responden a dos tipologías: blancos elaborados con variedades
tintas con un modesto aporte de antocianos, las sustancias colorantes
presentes en los holejos de la fruta, y blancos y rosados producidos a
partir de uvas grises, fundamentalmente garnacha gris, sauvignon gris y
pinot gris.
A la primera de estas gamas
de grises corresponden los blancs de noirs, lo que en
castellano significa “blancos de tintas”, y que suelen presentar un
color ligeramente más rojizo que el de los vinos blancos elaborados
con variedades blancas.
Respecto a la segunda acepción,
algunos se preguntarán qué son las “uvasgrises”. Pues bien: en algunas familias de variedades como
las de los pinots gris o las garnachas se
producen mutaciones que en ciertos casos acaban por transformar el color de los
granos. Así es como en algunas cepas aparecen racimos de un color
insólito, que varía desde el gris azulado hasta el rosa. Técnicamente, se
trata uvas blancas, pero cuya piel coloreada determina el
aspecto y el carácter de unos vinos que se sitúan en un terreno
ambiguo, entre los blancos y los tintos.
Aunque es en Francia donde
se acuñó la definición gris de gris para identificar a los
vinos elaborados con uvas de variedades grises, lo cierto es que
esta rareza ampelográfica no sólo da lugar a grandes blancos (y rosados) en
Alsacia, el Rosellón y el valle del Loira. También hay sobresalientes ejemplos
de pinot gris en Eslovenia, el norte de Italia y Argentina, así como notables vinos de
sauvignon gris en Nueva Zelanda, Chile y Argelia.
En el viñedo
español, la única de las variedades de este color que tiene una
presencia constatable –aunque modesta– es la garnacha gris,
que crece, generalmente junto a sus hermanas, tintas y blanca, sobre todo en
las comarcas vinícolas catalanas Ampurdán, Priorat y Montsant,
aunque también se cultiva en Rioja.
En Cataluña, esta
variedad gris sola, o en compañía de otras da lugar a vinos muy diversos:
desde dulces naturales y generosos hasta blancos secos. Aunque también hay
quien hace sus pinitos (grises) con pinot, que parece un
chiste léxico pero va en serio.
Por fin, la otra variedad
que bien puede considerarse gris es una mutación de la
xarel.lo que sufre aquí además un conflicto de denominación
cromática, porque se la llama en el Penedès xarel.lo vermell («roja»),
mientras que en la comarca de Alella recibe el nombre de pansa rosa.
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