Daniel Marín, hispano que fue aceptado en ocho instituciones privadas de EEUU



Cuando hablamos de un vino joven, nos referimos a vinos que han sido embotellados justo después de que se haya producido la fermentación alcohólica durante su proceso de elaboración. Esto significa que son vinos que no pasan por la madera de las barricas o que, de hacerlo, lo hacen durante períodos de tiempo muy pequeños como para considerarlos vinos de guarda. Esto último, dependerá de los límites temporales que establezca el Consejo Regulador de cada una de las Denominaciones de Origen.

Por ejemplo, en el caso de la Denominación de Origen Calificada Rioja, para poder considerar un vino tinto como crianza este debe haber pasado al menos 12 meses en barrica de roble bordelesa.


Así pues, un vino joven suele ser un vino que no ha pasado por barrica, sino que es embotellado tras culminar la fermentación alcohólica de la uva. De esta manera se intentan preservar y potenciar las característicasaromáticas primarias y secundarias del vino, aquellas características que provienen directamente de las cepas empleadas para la elaboración del vino o de los procesos físico-químicos de la fermentación.


En el caso de los tintos jóvenes, a veces se emplea un proceso de fermentación alternativo al tradicional, es el de la fermentación carbónica. Para ello, se introducen los racimos en depósitos que posteriormente se cargan de dióxido de carbono. Con este método se consigue que la fermentación tenga lugar dentro de las propias uvas. El resultado son vinos que reflejan vivamente las características de las variedades de uva empleadas para su elaboración. La parte negativa de este tipo de fermentación es que los vinos producidos tienen una vida más corta y pierden sus propiedades antes que los vinos sometidos al proceso de fermentación tradicional.


La guarda y envejecimiento que se le da a un vino no es un sinónimo directo de calidad, sino que hace referencia a un proceso a través del cual se va a dotar al vino de una serie de características diferentes. Y diferentes tan solo significa diferentes, ni mejores ni peores. Así pues, podemos disfrutar de magníficos vinos jóvenes, crianza, reserva o gran reserva. Todos buenos, pero diferentes entre sí.