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Para los que disfruta del vino, disfrutando de sus sabores, aromas, y todo lo relacionado con ello, también habrás notado etiquetas adicionales que indican el tipo de vino según su crianza: Roble, barrica, joven, reserva o gran reserva.
Estos no son un nombre más. Ellos indican el tiempo que han estado en barrica, es decir su crianza. Ya en un post anterior hablábamos sobre la crianza del vino, y ahora queremos profundizar un poco más en cuanto a los materiales y formas utilizadas para ello.
Estos no son un nombre más. Ellos indican el tiempo que han estado en barrica, es decir su crianza. Ya en un post anterior hablábamos sobre la crianza del vino, y ahora queremos profundizar un poco más en cuanto a los materiales y formas utilizadas para ello.
En la medida que el tiempo en la barrica aumenta, el vino es una botella de mayor valor y variedad de matices. En las zonas productoras de vino encontramos los Consejos Reguladores de las Denominaciones de Origen quienes son los encargados de establecer el tiempo necesario para ser llamado roble, barrica, joven, reserva o gran reserva.
La crianza es una fase muy importante dentro de la producción de vino. De hecho a través de ella los vinos obtienen aromas variados y un arcoíris de sabores que sacan lo mejor de las uvas seleccionadas para su elaboración.
Materiales usados para la crianza del vino.
Cuando hablamos de crianza, nos imaginamos grandes toneles de madera en cuevas y almacenes de ladrillo y piedra. Pero los tiempos han cambiado, y aunque algunas técnicas y formas se mantienen, otras han surgido.
Aún ahora la madera sobre todo el roble, ha sido el recipiente preferido por los bodegueros para envejecer sus vinos, debido a las características de micro oxigenación, aromas tostados y nobleza, entre otras, que podemos encontrar en muchos vinos.
La implementación de barricas usadas para la crianza crece cada día, aunque años atrás, los vinos producidos en estas barricas eran productos de segunda. Pero, hoy día se le quiere dar mayor protagonismo a la fruta, y la madera usada aporta su micro oxigenación pero no los aromas torrefactos o especiados.
Los bodegueros actualmente apuntan a materiales que permiten una pequeña oxigenación de los vinos en el proceso de crianza y que no influyan mucho en sus aromas. Uno de los que permite esto es el legendario barro y la cerámica.
De diferentes tamaños y modelos, algunos productores usan las vasijas con excelentes resultados. Debido a su porosidad, requieren un poco más de atención para evitar oxidaciones. Poco a poco se introduce y conoce este material experimentando incluso, con distintos tipos de tierra para verificar como su composición afecta al vino.
Acero inoxidable es el material más utilizado en las bodegas. Almacenar el vino en estos tanques de acero inoxidable, mantiene las cualidades frutales, sin agregar sabor. Además su mantenimiento y limpieza es fácil, no se dañan por la humedad y duran más.
En ellos todo es controlado, son herméticos, poseen un micro-oxigenador, para regular el ingreso del oxígeno evitando aromas a reducción.
El cemento también hace su aporte en el proceso de crianza, debido a la porosidad de este material para una correcta micro-oxigenación. Son herméticos, neutros, inalterables, de larga vida, mantienen estable la temperatura del líquido.
Los más usados son los llamados huevos, los cuales debido a su forma ovoide, permiten que su contenido mantenga la misma temperatura, fluyendo en movimiento constante y biodinámico, aprovechando los taninos y las borras que le dan mayor carácter pudiéndose apreciar en el paladar, sin el agregado de aroma ni sabor de la madera.